jueves, 5 de abril de 2012

Testamento

Quería dejar registrado por escrito este testamento. Testamento de trivialidades para cualquiera. Es que me estoy alejando un poco de la vida, pero no en su esencia biológica, no en su definición religiosa, vida no es eso, vida sos vos, en todo caso dios tu belleza, biología tu presencia...y me estoy alejando, no es que quiera, pero fui un cobarde para vivir a pleno, y ahora hacés, con todo derecho, caso omiso a mis absurdos manotazos de ahogado.
Entonces, y solo por las dudas, te dejo mis ojos, cuando quieras revisalos y cerciorate de que eras, de que sos, de que vas a ser el único paisaje de este caballo con ojeras.
Te dejo mis manos, usalas, pasá el dorso por tu mejilla, que a la distancia yo voy a sentir el calor.
Te dejaría mi cuerpo, pero vino mal de fábrica.
Te entrego todos mis besos, los pocos que aproveché más los infinitos que ya tenías reservados, guardalos en alguna latita, en un cajón, y sacalos cuando quieras, no tienen fecha de vencimiento.
Te dejo mis borracheras a tu salud.
Encomiendo mi cobardía a que le des el peor de los finales.
Dejé en el almacén los recuerdos, todos, algunos sería mejor que los tires, pero lo dejo a tu criterio.
TE DEJO MIS MIEDOS, PATEALOS, PISALOS, ESCUPILOS, RIDICULIZALOS, REÍTE DE ELLOS (es decir, todo lo que yo no puedo, y quiero hacerles).
Te regalo mis huellas, para que las andes marcha atrás, y revises lo que quieras.
Te dejo los puentes a medio terminar, terminalos, resusitame.
Te dejo mi buena suerte (perdón la miseria).
Te dejo este acoso mental, que te retiene en mi cabeza, que me hace dar vueltas en la cama hasta tarde y me despierta con la única idea de querer estirar la mano y saberte ahí.
Te dejo la felonía a lo que siempre quise ser, a lo que siempre quise hacer.
Te dejo todos mis versos, mis anotaciones, mis notas, con sus tachones y certezas, aunque, a priori, ya todo sea tuyo.
Te dejo MI imagen TUYA, querela como yo.
Te dejo mis libros que, de una forma u otra, se las arreglan para hablarme de vos.
Te dejo el corazón, de todos modos es más tuyo que mio.
Disculpame si no te dejo mi música, tal vez sea el único salvavidas del otro lado, pero podés quedarte con mis composiciones, las que te tuvieron de musa.
Te dejo mi locura y buen humor, querelos.
Te dejo mi culpa, matala.
Te dejo la tarde que habré perdido el tren.
Te dejo los bares, las librerías, las plazas, las camas, las esquinas, portales, galerías, con todas sus invitaciones pendientes.
Te dejo mi utopía precaria.
Las caricias que no usé.
Los te quiero que no dije.
La torpeza que no vi.
Mis ganas de no estar escribiendo esto.
Te regalo el Pont des Arts caminado de las manos.
En fin, te dejo todo lo que soy que, a fin de cuentas, es lo que sos,


Ah me olvidaba,lo más importante, dejo en tus manos (y solo en las tuyas), la remota posibilidad de que sumerjas tu mano, me grites, o salgas al balcón, para caer, otra vez, un rato, una vida, en tus brazos, y, de una vez por todas, ME SALVES.

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