lunes, 8 de abril de 2013

  Él lo sabía, la misma piel que ayer le quemaba hoy es la alfombra que adorna su hogar, el premio que cuelga de su pared. Los mismos labios que buscaba en simulacros, hoy argumentan, inconscientes, todos sus inviernos, sus veranos latentes. Él fue la herramienta, él fue el recurso, él fue la página dada vuelta que se relee sin la misma exaltación que la primera vez, pero sobre todo, él fue el pintor de ese cuadro absurdo ¿Cuánto apostó en esos escasos besos? ¿Cuánto ganó? ¿Cuánto perdió? Y después de todo ¿Qué sabía él lo que era el amor?

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